Edad de riesgo y patologías previas: dos claves de los fallecidos hasta ahora en Uruguay

La edad de riesgo para el coronavirus es más de 60 años según la OMS y la evidencia internacional previa muestra que contar con patologías previas agrava la salud de quien se contagia.

ACTUALIDAD 02 de abril de 2020 Fabio Olivera Fabio Olivera
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Diabetes, obesidad, crisis broncoobstructivas severa. Las cuatro personas fallecidas por coronavirus en Uruguay hasta hoy jueves 2 de abril no solo se encontraban dentro de la edad de riesgo de más de 60 años establecida por la Organización Mundial de la Salud sino que presentaban patologías previas, según lo informado por el gobierno, lo que agravó su condición a la hora de enfrentar la pandemia. En todos los casos puede decirse que se trataba población de riesgo y que el patrón replica los que ocurre a nivel mundial hasta el momento.

Esta mañana el gobierno informó del fallecimiento de una mujer de 66 años que padecía múltiples patologías previas y se encontraba en el CTI. Posteriormente añadió que el empresario Carlos Calvo de 65 años y con enfermedades crónicas preexistentes se sumó a las víctimas del coronavirus tras batallar contra la enfermedad en cuidados intensivos.

Juan José López Lerena, quien falleció el miércoles a los 61 años estaba hacía varios días en cuidados intensivos también. El gobierno informó que padecía de múltiples patologías previas, entre ellas, diabetes, y crisis broncoobstructivas severas, según supo El País de fuentes médicas.
Rodolfo González Rissotto, la primera víctima del coronavirus en Uruguay, tenía 70 años y estaba en CTI desde hacía 10 días. En su caso el sobrepeso era una factor adicional.

El gobierno advirtió que la población de riesgo son aquellas personas mayores a 60 años y/o aquellas que tengan problemas respiratorios, por ejemplo, quienes tienen EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), una de las principales secuelas que sufren los exfumadores. También influye que puedan tener enfermedades como diabetes, problemas cardíacos y presión arterial alta.

Entre la población de riesgo definida por las autoridades figuran mayores de 60 años; personas menores a esa edad con una afección de salud subyacente; personas que presenten enfermedades respiratorias crónicas (como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica -EPOC-, enfisema o bronquitis); aquellas que tengan enfermedad cardíaca crónica, como insuficiencia cardíaca, así como las que sufren enfermedad renal crónica, enfermedad hepática crónica (como hepatitis), y afecciones neurológicas crónicas, como la enfermedad del Parkinson; la enfermedad de la neurona motora, la esclerosis múltiple, una discapacidad de aprendizaje o parálisis cerebral; personas que padecen diabetes; las que tienen problemas con el bazo (por ejemplo, enfermedad de células falciformes o si le han extirpado el bazo); personas que tengan un sistema inmunitario debilitado como resultado de afecciones como el VIH y el SIDA, o por medicamentos como tabletas de esteroides o quimioterapia; los que tienen “sobrepeso grave” y las mujeres embarazadas.

El presidente del directorio de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), Leonardo Cipriani, dijo días atrás que estadísticamente el 80% de los infectados atraviesa un resfrío leve, el 15% precisa de una internación en cuidados moderados y el 5% en CTI. En este último caso, además mientras un paciente con otra patología puede estar entre 7 y 10 días en el CTI, uno con COVID-19 llega a requerir entre 15 y 20, según los médicos.

 
Además de las patologías todos los fallecidos se encontraban en la edad de riesgo establecida por el gobierno.

¿Por qué tienen mayor riesgo los más adultos? Las cifras registradas en China o Italia que han tenido brotes sugiere que las muertes se concentran en la población más veterana. En China, donde el virus pegó primero las estadísticas marcan que la tasa de mortalidad ha sido superiores en los adultos mayores de 50 años. La estadística se repitió en Italia. Según consigna en un informe de la revista Forbes, la tasa de mortalidad de los adultos mayores de 80 oscila entre el 15% y 18% (uno de cada seis personas). Incluso las personas de 50 años tienen tres veces más probabilidades de morir que las de 40 en China. En Italia, según las cifras del Wall Street Journal, tres de cada cinco pacientes que murieron a causa del coronavirus tenían más de 80 años. Uno de cada tres muertos tenía más de 70. 

Asimismo en esos países las personas con una patología de salud que contrajeron COVID-19 mostraron mayor porcentaje de mortalidad. En China los grupos de personas con enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, hipertensión o cáncer tuvieron tasas de mortalidad más altas que los que no presentaban condiciones médicas anteriores al contagio de coronavirus.

El infectólogo Eduardo Savio dijo a El País días atrás sin embargo que en la variación de las cifras influye la fortaleza de los sistemas de salud en cada país, a la hora “del soporte vital de estas personas”. A ese planteo se sumó Gonzalo Perera, grado cinco en matemática, quien dijo que solo se puede comparar a países con más de 1.000 casos de coronavirus para tener una base sólida estadística. Perera dijo a El País que las diferencias significativas entre los países “no son por mero azar”, sino que hay causas de fondo. “Los epidemiólogos lo tienen que explicar, pero una de esas causas debería ser por los potenciales de los sistemas de salud. ¿El italiano, por ejemplo, es más débil que el alemán?”, preguntó Perera.

Fuente: El Pais 

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