Ahora más que nunca: hay que cuidarse los pulmones

El aire en interiores algunas veces es peor que el aire en los espacios abiertos; cómo protegerse

Salud 03 de abril de 2020 Victor Camargo Victor Camargo
pulmon

Si es uno de los millones de personas que respiran aire contaminado, tal vez esté en mayor riesgo de contraer el coronavirus y desarrollar una infección más seria. Hay dos motivos para ello.

 
En primer lugar, la contaminación atmosférica puede causar o agravar enfermedades respiratorias como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva. Y estas enfermedades pueden hacerlo más susceptible a los peores efectos de las infecciones pulmonares.

En segundo lugar, se sabe que, para empezar, la exposición a la contaminación atmosférica aumenta la posibilidad de contraer todo tipo de virus, sin importar el estado de salud subyacente.

“La exposición a una mayor contaminación aumenta la susceptibilidad de infectarse”, comentó Meredith McCormack, vocera de la Asociación Pulmonar Estadounidense y profesora asociada de Cuidados Pulmonares e Intensivos en la Universidad Johns Hopkins. “En igualdad de condiciones, es probable que una persona expuesta a contaminación atmosférica esté en mayor riesgo si se expone al coronavirus”.

La contaminación atmosférica ha disminuido de manera importante en muchas partes del mundo recientemente, debido al cierre de los negocios y a que la gente se queda en casa para evitar la propagación del virus. McCormack comentó que esto fue magnífico para reducir las hospitalizaciones derivadas de la exposición intensa al aire contaminado, lo cual puede ocurrir cuando los niveles de contaminación de una región aumentan de manera repentina.

Sin embargo, observó, “incluso en el contexto de esta pandemia, seguirá habiendo áreas de alta exposición”. Las plantas eléctricas y las refinerías, por ejemplo, se consideran fundamentales y es poco probable que cierren. Además, incluso si la contaminación ha disminuido en estos momentos, la exposición crónica no puede arreglarse con tanta rapidez. Para una persona expuesta de manera cotidiana a la contaminación, el daño a su sistema respiratorio e inmunitario está hecho.

La exposición a la contaminación atmosférica crónica suele relacionarse con la raza y la pobreza. En Estados Unidos, es mucho más probable que la gente de color viva en un lugar con una mala calidad del aire. Y los lugares de contaminación tóxica por lo general están cerca de vecindarios pobres. Alrededor de 18 millones de personas cuyos ingresos encajan con la definición de pobreza viven en áreas con la peor calidad de aire en Estados Unidos.

Esas son las malas noticias. La buena noticia es que, aunque la exposición a la contaminación atmosférica suele estar fuera de nuestro control, eso es menos cierto en el caso de la contaminación atmosférica en los espacios cerrados. Además, aunque tal vez no lo espere, el aire en interiores algunas veces es peor que el aire en los espacios abiertos.

Ahora que muchos de nosotros estamos encerrados en casa, la calidad del aire en interiores se vuelve aún más importante.

McCormack, quien en estos momentos trata a pacientes con COVID-19, enfatizó la importancia de evitar el humo de segunda mano en espacios cerrados, y si fuma, trate de dejar de hacerlo.

“Si tiene a un fumador en casa, las partículas suspendidas podrían ser mucho más elevadas adentro que afuera”, comentó. Si fuma y no puede dejar de hacerlo, haga todo lo posible para no exponer a los demás a su humo, como, por ejemplo, salir a fumar. Lo mismo aplica para las personas que vapean.

Freír alimentos o cocinar sin buena ventilación también puede aumentar la contaminación del aire en los espacios cerrados. Se sabe que los óxidos de nitrógeno que despiden las estufas de gas son irritantes respiratorios, al igual que las partículas suspendidas finas que es más probable que emanen de nuestros hornos. Debe encender la campana de ventilación que se encuentra sobre la cocina y abrir las ventanas de ser posible.

Una advertencia: para aquellos que viven cerca de fuentes importantes de contaminación, abrir una ventana quizá no sea una buena idea. Ahí es donde valdría la pena invertir en un purificador de aire si pueden costearlo.

También es importante pensar en los alérgenos. Si percibe un olor a humedad en su casa, debe investigarlo. “El moho agrava el asma”, dijo McCormack. “Este podría ser el momento de atender una mancha de humedad o los problemas causados por el agua”.

Este podría ser el momento de hacer que su casa sea a prueba de plagas. Los ratones y las cucarachas pueden provocar asma. McCormack sugirió rellenar las grietas que puedan permitir la entrada de plagas a la casa y tener cuidado de almacenar de manera adecuada los alimentos que puedan atraerlas.

Por último, si deben usar medicamentos contra el asma, como un inhalador, no olviden tomarlos. “Acordarse de tomarlos puede ser difícil, en especial en un momento como este en el que nuestras rutinas cambiaron”, explicó McCormack. Pero es una medida importante para protegerse, en especial ahora.

“Con la contaminación en interiores, tenemos mucho control sobre más aspectos de nuestra exposición”, aclaró McCormack. “Además de una fuente de riesgo, es una fuente de oportunidad. Es un buen momento para cambiar de hábitos”, aconsejó.

Fuente : El País 

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