Policías de manos atadas para controlar movimiento en rutas

Se limitan a repetir a la gente que se quede en su casa pero no pueden hacer más

Policiales 04 de abril de 2020 Victor Camargo Victor Camargo
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Luego de pedirle la documentación y confirmar que el conductor no está requerido por la justicia, el policía –con tapabocas y manteniendo una distancia prudencial con el auto– recita la frase que, en la monotonía de su voz, se nota que ya repite de memoria: “Tratamos de exhortar de que por el coronavirus, la pandemia, trate de no salir de su casa”. Los conductores asienten y ensayan distintas excusas: dicen que viven cerca o que trabajan cerca, que ya terminan la jornada, que entienden y van a tratar de evitar salir en el futuro. “Al no haber cuarentena obligatoria, no podemos decir mucho más”, explicará luego el funcionario a El Observador.

Eran casi las 18 horas de este viernes, y el flujo de tránsito en el peaje de Pando –donde está uno de los 210 puestos policiales distribuidos en las rutas nacionales de todo el país desde este miércoles 1º de abril–, empezaba a hacerse fluido. El peaje tiene las barreras en alto desde hace días –ya que el cobro se hará junto con el de la patente, a través del Sistema Único de Cobro de Ingresos Vehiculares–, por lo que muchos vehículos pasaban a esa altura ya a una velocidad considerable.
En el cantero había dos camionetas de la Dirección Nacional de Tránsito, y una de la Guardia Republicana, que estaban allí para dar apoyo a los primeros.

“Vamos a parar a alguno para que sea documentado”, dijo uno de ellos de pronto, ante la presencia de dos periodistas, y de un trípode de la cámara de un canal que comenzó a desplegarse contra la banquina, a pocos metros del puesto de control.

Los criterios para detener a los vehículos fueron explicados por el ministro Jorge Larrañaga, en conferencia de prensa este lunes. “Vamos a realizar patrullajes tendentes a fiscalizar el tema de casas rodantes, remolques, (y) armas de cazas, fundamentalmente con el claro objetivo de evitar la movilización de gente y las aglomeraciones”, declaró el secretario de Estado.

El policía de tapabocas, que se identificó solo con su apellido –Silva–, dijo a El Observador que paran “más que nada camionetas, o algún micro que tenga gente adentro”, pero no todos los vehículos con esas características son detenidos. Depende del ojo del policía.

Una hora antes, en el peaje de la Barra de Santa Lucía, en la ruta 1 –donde el tránsito era sensiblemente menor–, los agentes de la policía caminera dijeron que allí detenían sobre todo camionetas y autos con trailers, y que la disposición de la gente al control de rutina ha sido casi siempre buena.

“Ahora te paro el autito que está allá atrás”, dijo uno de ellos, que se identificó como Díaz. Ese “autito” era una Volkswagen Parati, conducida por un hombre de unos 50 años que luego diría que se dirigía a Playa Pascual, en donde vive con su pareja. 

Díaz le repite la idea: “Estamos exhortando a la población a que salga lo menos posible debido a esta situación que estamos pasando”. Todo el trámite duró tres minutos, y el vehículo siguió su camino.

En la conferencia de prensa de este jueves, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, lamentó lo que fue evidente esta semana, que a medida que se aproximaban las vacaciones de Turismo, la gente comenzó a salir más a la calle, omisa a la exhortación del Poder Ejecutivo de quedarse todo lo posible en sus casas para evitar la propagación del coronavirus.

“Estamos en un momento en el cual debemos tomar todas las medidas posibles. Ser generosos, solidarios, no salir de las casas si no lo tenemos que hacer. Tenemos que cuidar a aquellos uruguayos que pueden verse contagiados con el contacto”, dijo el mandatario.
“Sí, estamos viendo más gente en la calle”, dijo el presidente. 

“Hoy me escribía gente por las redes y me decía: ‘Yo estoy perdiendo el laburo, no estoy trabajando, no tengo un ingreso y miro por la ventana y los demás están ahí’. En el fondo –prosiguió Lacalle–, estás perjudicando que esa persona pueda volver a su vida normal. La exhortación es en estos días hacer un esfuerzo”.

El ministro de Defensa, Javier García, se refirió incluso a la necesidad de que los uruguayos hagan en Semana Santa un “turismo intradomiciliario”, y que se modifique, aunque sea transitoriamente, la idiosincrasia nacional de promover el turismo. “Tenemos en Uruguay un eslogan que en buena medida abrazamos todos que identifica a este país: ‘un turista, un amigo’. En esta semana vamos a pedir una excepción. Un turista no es un amigo de la salud”, afirmó el jerarca. 

También el ministro Germán Cardoso pidió por medio de un spot televisivo que esta Semana Santa no se haga turismo, y este fin de semana recorrerán la costa junto con el ministro Larrañaga.

A Silva, el jefe del puesto de control del peaje de Pando, le llamó la atención una camioneta de una empresa de mantenimiento, con cinco tripulantes: el chofer, el copiloto y tres personas detrás, nadie con tapabocas. El policía le recordó que la sugerencia es quedarse en casa, pero el hombre al frente del grupo dijo que venían de hacer arreglos en un “geriátrico”, y que no tenían barbijos, y que por eso decidieron en cambio circular con las ventanillas abiertas –pese al fresco otoñal– para “ventilar” y así, según su razonamiento, disminuir la potencia de contagio del eventual virus.

“No. Tienen que usar tapabocas”, les dijo Silva, y le entregó al hombre los documentos.

Fuente : El Observador 

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