Proyecto de ley plantea pago para comprar canasta con productos de higiene menstrual

“La pobreza inevitablemente lleva a una pobreza en la higiene menstrual”, sostuvo la diputada colorada María Eugenia Roselló, quien presentó el proyecto.

Política 05 de junio de 2020 Victor Camargo Victor Camargo
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El Partido Colorado presentó un proyecto de ley que establece la creación de una canasta menstrual como prestación a cargo del Ministerio de Desarrollo Social, que consistirá en el pago de una partida de dinero mensual a través de la tarjeta Uruguay Social para acceder a los productos higiénicos.

El proyecto, al que tuvo acceso El País, fue presentado por la diputada de Ciudadanos María Eugenia Roselló y contiene dos artículos. En el primero dispone que las beneficiarias de las canastas sean mujeres y trans que reciben hoy la tarjeta Uruguay Social.

En el segundo se indica que “la partida dineraria mensual, que se acreditará a través de la tarjeta Uruguay Social, tendrá como único destino la adquisición de productos de higiene menstrual”. Se deja en manos del Poder Ejecutivo la fijación del monto, “garantizando que sea el suficiente para cubrir las necesidades menstruales”.

En la exposición de motivos de la iniciativa se señala que, si bien ninguna mujer puede elegir si menstruar o no, el gasto en los productos de higiene “es inevitable” y se vuelve una carga mayor en las mujeres con menos recursos.

Se agrega que en Uruguay el porcentaje de hogares pobres con jefas mujeres es un 50% mayor que aquellos con jefes hombres. Asimismo, hay familias “donde son los hombres quienes administran el dinero”, por lo que se dificulta el acceso.

También se plantea que hay mujeres que no pueden comprar productos de higiene menstrual y utilizan “métodos indignos”, que llegan incluso a poner en riesgo su salud.

Como ejemplo la diputada cita el uso de trapos “viejos y desgastados”, lo que puede causar infecciones en el tracto urinario, así como problemas de salud reproductiva que podrían llevar a la infertilidad. “La pobreza inevitablemente lleva a una pobreza en la higiene menstrual”, concluye.

Fuente : El País 

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