Daño cardíaco: la preocupante secuela en muchos pacientes con COVID-19

Pacientes sin patologías previas y a los que el COVID-19 ni siquiera llevó al hospital, presentan esta condición.

Salud 04 de septiembre de 2020 Jose I. Flores Ribeiro Jose I. Flores Ribeiro

Una cantidad creciente de estudios sugiere que muchos sobrevivientes de COVID-19 padecen algún tipo de daño cardíaco, aunque no hayan tenido ninguna enfermedad del corazón subyacente, o no hayan estado lo suficientemente enfermos para ser hospitalizados. Este nuevo giro preocupa a los expertos médicos en cuanto a un posible aumento en la insuficiencia cardíaca.

"Muy al comienzo de la pandemia fue claro que un gran grupo de pacientes hospitalizados mostraba evidencia de lesiones cardíacas", dijo el Dr. Gregg Fonarow, jefe de la división de cardiología de la Universidad de California en Los Ángeles. EEUU.

"Más recientemente, se reconoce que también algunos pacientes con COVID-19 que no fueron internados, están padeciendo de dichas lesiones. Eso presenta la inquietud de que podría haber personas que sobrepasaron la infección inicial pero que quedaron con daños y complicaciones cardiovasculares", añadió el experto en declaraciones recogidas por HeañlthDay News.

Fonarow dijo que esas complicaciones, como miocarditis, la cual es una inflamación del músculo cardíaco, podrían aumentar las tasas de insuficiencia cardíaca posteriormente. También le preocupan las personas con enfermedades cardíacas preexistentes que no tienen COVID-19, pero que están evadiendo el hospital cuando tienen problemas del corazón, temiendo exponerse al virus.

"Las consecuencias posteriores de esa situación podrían ser un aumento en insuficiencia cardíaca", agregó. "Si se tienen síntomas que indiquen un ataque del corazón o cerebral, es mucho más seguro acudir al departamento de emergencias que quedarse en casa hasta que pasen".

Casi una cuarta parte de los pacientes hospitalizados con COVID-19 ha sido diagnosticada con complicaciones cardiovasculares, las cuales contribuyen a un 40% aproximado de las muertes relacionadas con esta enfermedad, según los estudios.

Sin embargo, dos investigaciones recientes sugieren que la tasa de daño cardíaco entre los infectados es mucho más alta. En la publicación JAMA Cardiology, un análisis de autopsias realizadas en 39 pacientes de COVID-19 identificó infecciones en el corazón de quienes no habían sido diagnosticados con problemas cardiovasculares cuando estuvieron enfermos.

Otro estudio de JAMA Cardiology sometió a resonancias magnéticas a 100 personas que se habían recuperado de COVID-19 en los últimos dos a tres meses. Los investigadores encontraron anomalías cardíacas en un 78% de los pacientes recuperados y un 60% mostró "inflamación persistente del miocardio". El mismo estudio encontró altos niveles de troponina, (una enzima sanguínea que es indicador de daño cardíaco) en un 76% de los pacientes analizados, aun cuando la función cardíaca pareció estar preservada por lo general. La mayoría de los pacientes del estudio no había requerido hospitalización.

 
"Existe un grupo de personas que parecen estar más afectadas desde el punto de vista cardíaco", dijo la Dra. Mina Chung, cardióloga y profesora de medicina del Colegio de Medicina Lerner de la Cleveland Clinic de la Universidad Case Western Reserve.

Sin embargo, puede ser difícil identificar quiénes están en riesgo o que las personas que se están recuperando del virus sepan si tienen problemas del corazón.

"Muchos acaban sintiéndose exhaustos durante un tiempo. No pueden lograr los niveles de esfuerzo que antes. Es difícil determinar si es porque pulmones están tomando más tiempo en sanar o si se trata de un problema cardíaco", dijo Chung, quien dirige la coordinación de más de una docena de estudios de investigación sobre COVID-19 financiados por la American Heart Association.

"Si las cosas siguen mejorando con el tiempo, eso es una buena señal", agregó. "No es inusual que una persona que estuvo inactiva durante un tiempo pierda la condición física y carezca de buena respiración al esforzarse".

Aún no es claro si realizar pruebas para detectar daños cardiovasculares debe ser una rutina de seguimiento para pacientes que tuvieron COVID-19.

"La cuestión principal es que no sabemos", dijo Fonarow, quien fue uno de los redactores del editorial que acompañó los dos estudios de JAMA Cardiology. "Antes de dictar recomendaciones para una rutina de imágenes cardíacas, necesitamos estudios adicionales que ayuden a identificar la frecuencia con la que esto sucede y cuáles son los factores de riesgo".

Chung y Fonarow recomiendan que las personas que se están recuperando de COVID-19 se mantengan pendientes de estos síntomas y que consulten a su médico o cardiólogo si los tienen: mayor falta de aliento o falta de respiración extrema al hacer esfuerzo, dolor de pecho, inflamación en los tobillos, palpitaciones del corazón o ritmo cardíaco irregular, no poder acostarse plenamente sin que se recorte la respiración, despertarse por las noches por falta de respiración, mareos o sensación de ligereza.

"No obstante, en el caso de personas que tuvieron COVID-19 pero no muestran síntomas de problemas del corazón", dijo Fonarow, "se desconoce si hay motivo para hacerles estudios adicionales. Si tienen inquietudes al respecto, deben hablar con sus médicos".

También añadió que es posible que el daño cardíaco que están observando los investigadores sane por sí solo.

"En casos de otros virus donde hay inflamación cardíaca, hemos visto personas que se recuperan de manera espontánea", dijo Fonarow. "En algunas otras personas incluso podemos darles un tratamiento eficaz con medicamentos. La pregunta específica con COVID-19, es cuál es la frecuencia y cómo es diferente de otros virus que infectan el corazón".

Fuente: Montevideo Portal.