Bajan los contagios de COVID-19: 2.200 activos menos en 17 días

Bajan los contagios de COVID-19: 2.200 activos menos en 17 días

Salud 04 de febrero de 2021 Fabio Olivera Fabio Olivera
Uruguay  - Coronavirus
Uruguay - Coronavirus Foto : AFP

Las miradas más positivas dicen que Uruguay estaría superando la primera ola del COVID-19. Las voces más recatadas sostienen que acabó el crecimiento exponencial que la pandemia demostró en diciembre y parte de enero, aunque el futuro es incierto. Y en medio de esta discusión semántica, está el consenso que dan los hechos: descendió el ritmo de contagios, en menos de 20 días se redujo un cuarto la cantidad de personas que cursan la infección en el país, cayó la movilidad, el número reproductivo lleva siete días consecutivos por debajo de uno y hasta bajó la tan comentada tasa de positividad.

 
Tanto es así que, en la última semana, Uruguay cumplió el primer objetivo que se había trazado el equipo de análisis de datos del GACH: que la cantidad de test positivos en relación a los análisis realizados en el día baje a 7,5%. “No se trata de una cifra deseada, pero sí era el primer paso que el país debía dar camino a un mejor control de la pandemia”, explicó, a título personal, el ingeniero Andrés Ferragut, uno de los integrantes del equipo científico.

 
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades recomienda que la tasa de positividad se sitúe por debajo del 4%. Los científicos uruguayos coinciden, pero, como medida intermedia hacia ese objetivo, habían visto que Uruguay mantuvo un análisis de la situación por brotes (y no una transmisión comunitaria más descontrolada) hasta ese umbral del 7,5%.

Ferragut cuenta que el 18 de enero, cuando los científicos del GACH cerraron su último informe, “se explicitaba que se había frenado el crecimiento, pero no nos animábamos a decir que la tendencia era seguir bajando... ahora ya se confirmaría ese enfriamiento”.

En la mayoría de países se ha visto que baja la tasa de positividad y, con un retraso de unos días, descienden los casos. Uruguay estaría asistiendo a ese fenómeno estadístico. Distinto fue lo acontecido en lugares en que se aplican medidas muy restrictivas de la movilidad -como el confinamiento que realizó Australia en julio- en donde la positividad y los contagios cayeron al mismo tiempo.

 Uruguay, sin llegar a una cuarentena obligatoria, vio reducida la movilidad. Los reportes públicos de Google muestran que desde fines de diciembre el movimiento se contrajo más de un 20% y que a fines de enero se estaba en niveles muy similares a los reportados a comienzos de junio.

Cuando fue el llamado a un confinamiento voluntario, bajo la premisa de “quédate en casa”, la movilidad se redujo a niveles sin precedentes. Acorde volvieron las actividades presenciales, el tránsito subió y entre octubre y los primeros días de diciembre la movilidad estuvo en ritmos casi prepandémicos. Fue entonces que se dio la primera ola de contagios.

La vuelta a las clases en marzo y el retorno a los trabajos tras las vacaciones aumentará la movilidad. “Cuando retorna la actividad, el riesgo de un repunte pronto está latente. Y cuando hay un repunte lo suele ser a gran velocidad ¿Ocurrirá? Eso no se sabe. Pero está claro que hay que extremar los cuidados en la vuelta al trabajo y las actividades presenciales”, explicó el ingeniero.

En este sentido, la segunda meta que habían fijado los técnicos era que los contagios estuvieran por debajo de los 200 al día. Así lo expresó el científico Rafael Radi en las últimas entrevistas. Eso correspondería a tres razones: que se pueda estar al día con los rastreos de contactos, que el plan de vacunación sea más efectivo y que la vuelta a las clases se diera en un marco de mayor seguridad epidemiológica.

Esa mayor seguridad epidemiológica sería la que confirmara que Uruguay superó la primera ola. Porque si bien hay quienes entienden que se va camino a ello, entre los epidemiólogos resuena el caso alemán: donde el país había empezado un franco descenso y enseguida tuvo otro pico de contagios.

Los científicos, cualquiera de ellos, insisten en que las conclusiones tienen que responder a tendencias y no cambios circunstanciales o de pocos días.

Teniendo en cuenta estos recaudos, hay un dato que tanto matemáticos como epidemiólogos notan esperanzados: el número reproductivo. Esa cifra a la que los técnicos llaman con la letra “r”, estima cuántas personas contraerán la enfermedad de parte de un ya infectado en cada día de la epidemia. Lo más relevante es si ese valor está por debajo o por encima de uno. Cuando es inferior, la epidemia camina rumbo a su control y extinción. Cuando es superior, avanza en su crecimiento.

El “r” lleva siete días consecutivos debajo de uno. Es un hito que el país no vivía desde fines de agosto. Si el promedio se mantiene como está situado esta última semana (en 0,9), al cabo de 25 días habrá la mitad de los contagios que ahora.

FUENTE EL PAIS 

 

Lo más visto