El único observador de aves ciego del mundo lanza el primer mapa sonoro del Uruguay

Uruguayo y radicado actualmente en Colombia, Juan Pablo Culasso lamenta que el “Uruguay Natural” no pase de un título.

ACTUALIDAD 10 de mayo de 2021 Victor Camargo Victor Camargo
761181

En 1992, la Fundación Braille del Uruguay lanzó un spot publicitario televisivo como forma de incentivar las donaciones a su labor. En el anuncio, un niño invidente leía en voz alta usando los dedos. Su frase "Vaya, vaya, dijo la tortuga gigante" quedó grabada en la memoria de una generación.

Ese niño era Juan Pablo Culasso, quien tiene hoy 34 años y acaba de publicar el primer Mapa Sonoro Natural del Uruguay, el más reciente trabajo de una ya larga carrera que lo ha llevado a recorrer escenarios naturales dentro y fuera del país.

Privado del sentido de la visión, Juan Pablo dio precoces señales de que su percepción del mundo sonoro era excepcional.

"Arranqué de niño, teníamos una enciclopedia en casa (Microsoft Encarta), mi padre me ponía los sonidos de aves y fui aprendiendo, esa fue la semilla", cuenta Culasso desde Colombia en conversación telefónica.

Por aquel entonces, la sensibilidad de su audición le permitía distinguir detalles y matices sonoros imperceptibles para el común de los mortales. Empezó a estudiar piano con una profesora, y pronto notó que podía hallar la música del espacio que le rodeaba. Saber, por ejemplo, la nota musical que emitía una piedra al caer en el agua de un arroyo. Cuando la familia consultó al respecto a la docente, supo que el niño poseía oído absoluto, una capacidad innata para discriminar sonidos que no es para nada común. "Pero eso no tiene nada que ver con ser ciego, simplemente me tocó", aclara Juan Pablo.

Su interés por las aves fue creciendo, hasta que "una salida al monte con Santiago Claramunt (investigador uruguayo actualmente radicado en Canadá) lo cambió todo", recuerda. Ese día tuvo la oportunidad de grabar el canto del capuchino, un ave autóctona, y así comenzó un camino sin retorno.

"Es un poco como que las aves lo llevan a uno de un lugar a otro, a mi padre le surgió una oportunidad laboral en Brasil y fui con él", recuerda.

En el país vecino tuvo la oportunidad de estudiar junto con el curador del archivo de sonidos neotropicales, Jacques Vielliard, en la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP), y perfeccionarse en la grabación y divulgación de sonidos de la naturaleza, e hizo publicaciones.

En 2014, la carrera de Juan Pablo se disparó gracias a un triunfo de gran repercusión mediática. Ese año su talento lo llevó a obtener el primer lugar en el programa de TV Súper Cerebros, de National Geographic, un producto televisivo internacional donde compitió con "genios" con las más diversas habilidades.

En ese certamen, asombró a todos para reconocer e individualizar los sonidos de las más diversas aves, algo que logró con "mucha práctica, mucho estudio y mucho viajar". En la actualidad, es capaz de diferenciar a más de 700 aves por su canto.


Allí comenzó una carrera como conferencista que lo llevó a exponer en foros tan diversos como la Universidad de Cornell, el Show de Don Francisco o el TEDX Durazno.

Un mapa sin líneas

A fines de abril, Juan Pablo publicó el primer Mapa Sonoro Natural del Uruguay, una obra en la que invirtió mucho tiempo y esfuerzo.

Interrogado acerca de en qué consiste un mapa sonoro natural, Juan Pablo explica que "es básicamente ir a los lugares más representativos del país y grabar un atardecer, un amanecer o el sonido de la noche". Así, un mapa sonoro "intenta cubrir todos los gradientes sonoros -en mi caso los naturales- de un lugar".

En Uruguay "como es un país chiquito se puede hacer en todo el territorio. Hay grabaciones en Rocha, en el Bañado de los Indios, en Santa Teresa, Cabo Polonio, lugares que la mayoría de la gente conoce", explica. "Pero luego está también el bosque de ombúes, Laureles (Tacuarembó), el rio Uruguay cerca de Fray Bentos, son lugares y sonidos menos conocidos".

Cartografiar los sonidos del país no fue empresa fácil, recuerda. "Lleva bastante tiempo, recorrimos muchos lugares", relata, y añade que empezó por aquellos a los que le une un vínculo sentimental.

"Elegí los lugares que más asocio con mi infancia, porque conozco mucho el país. En mi familia siempre tuvimos eso de primero conocer Uruguay y después el resto, y puedo decir con orgullo que conozco el 99 % del país".

Y si bien la parte de grabar sobre el terreno no es la más compleja para hacer el mapa, entraña sin duda dificultades. A ese respecto, Juan Pablo explica que se utiliza equipo de registro de alta calidad que es necesario situar con cuidado.

"Los micrófonos están a veces quince o dieciséis horas prendidos, y cuando volvés a buscarlos no sabés si te vas a encontrar con que te los mordió un zorro, te los tiró al suelo una vaca o simplemente te los robaron", describe. Por ello, "se eligieron lugares con el menor riesgo posible de ese tipo de accidentes".

Una vez obtenidos los registros empieza para Juan Pablo el trabajo duro de verdad, que incluye "toda una etapa de clasificación, editar, masterizar, probar cómo se escucha y cambiar cosas", ya que, al igual que la escultura, se trata de un trabajo de desagregación.

"Crear un mapa sonoro es un proceso destructivo, donde uno va diciendo ‘esto no me gusta, esto sí' hasta que en un momento se le encuentra la vuelta" expresa.

El grito de la naturaleza en peligro

Además de ser disfrutable al oído y de tener un valor documental para la ciencia, el mapa elaborado por Juan Pablo "intenta encender una luz amarilla" acerca del estado de conservación de las áreas de naturaleza en nuestro país.

Suena bien

Tras recorrer paisajes tan diversos como las selvas de Brasil, las llanuras de Uruguay o los hielos de la Antártida, Juan Pablo se encuentra en Colombia para impulsar una iniciativa única en la región.

"Estoy trabajando en un proyecto increíble, que es instalar la primera ruta en Latinoamérica de turismo de naturaleza en aves para persona ciegas. Ganamos una financiación de una agencia norteamericana y lo estamos haciendo acá, es algo totalmente pionero en el continente", destaca con entusiasmo.

"Hay muchísimas personas ciegas que quieren viajar y conocer la naturaleza, pero no tienen oportunidad". Esta ruta sí se las daría, y además podría servir como "puntapié inicial para que futuros proyectos de turismo tomen en cuenta indicadores de accesibilidad e inclusión".

¿Cómo ayudar?

El trabajo de Juan Pablo requiere el uso de costosos equipos informáticos y de sonidos, así como su frecuente renovación. Por ello, lanzó una campaña de microfinanciamiento cuyo cometido y formas de colaborar puedes ver aquí. Al momento de redactarse la presente, llevaba recaudado un 37% de la cifra meta, que es 21.000 dólares.

Por Gerardo Carrasco / Montevideo Portal (NOTA COMPLETA AQUÍ

Te puede interesar