Borrar las fronteras es fortalecer países : "El fronterizo es visto como mezcla y no lo es"

La frontera desnuda nuestros excesos. Deja entrever las avivadas y los errores. La comparación es siempre odiosa, pero ayuda.

ACTUALIDAD 18 de mayo de 2021 Victor Camargo Victor Camargo
FRONTERA - PLAZA INTERNACIONAL

Por : Sergio Botana : 

A la frontera hay que entenderla. En sus rasgos distintivos como cualquier comunidad. En sus riesgos y en sus oportunidades. En sus vivencias. En su gente. Hay que acercarse sin temores. Con ánimo de comprenderla. Sin preconceptos negativos. En todo caso tener claro que es más victima que culpable.

Ese tan cerca y tan lejos. Esa raya imaginaria que marca tantas distancias. Ellos allá. Acá nosotros. La frontera puesta e impuesta por otros. Que nosotros ni pedimos ni queremos. La frontera está ahí. Es prisión y condena. Es tentación y desgracia. Es drama permanente. Atractiva en sus tentaciones. Cruel en sus consecuencias. La frontera es tener en exceso hoy y ser pobre mañana. Siempre igual y distinta. Jamás justa. Siempre invitando al esfuerzo y al empezar de nuevo cada día. Termina siendo más timba que constancia, aunque requiera el máximo tesón a cada instante. Frontera ha sido sinónimo de inestabilidad social y también personal.

La frontera es amor, orgullo y envidia. Amor de familias compartidas. Amor de sangres hermanadas. Amor de amores vividos. Orgullo de los logros de la Patria de uno. La educación de acá y los progresos de allá. La paz de acá y el permanente cambio de allá. La seriedad de acá y la adaptabilidad de allá. La sabiduría de acá y la tecnología de allá. A veces la prosperidad de nosotros y otras, la de ellos. Cien veces, las pobrezas compartidas. Pocas, las prosperidades disfrutadas. Nos criamos mirando para allá, con envidias de sus cosas y orgullos de las nuestras. Queriendo más que nadie lo nuestro. Ansiando más que nadie tener la suerte que tienen ellos. Casi siempre sufriendo los porrazos de los cambios, que prometen mucho y castigan fuerte.

No es fácil. Fuera de la ley acá. En ley allá. Respetado de un lado. Mal apreciado del otro. Rico hoy y pobre mañana. Actuando por derecho un tiempo y torcido siempre. Es la condena del fronterizo. Es la imposición de la frontera. Los países deciden. Sus fronteras sufren. El vaivén permanente castiga vidas. Siempre viva la ilusión de los tiempos por venir. Eterna la resignación a la suerte del momento. La frontera es de tiempos y memorias cortas. De acomodar el cuerpo a cada instante. De los golpetazos siempre. No se cae parado todas las veces. Los revolcones vienen y no hay vuelta. Vienen y llevan todo. El repecho se lleva lo ganado en la bajada. Es la ley del hombre de frontera.

En la frontera se siente la Patria. Nunca vi mayor apego que el del fronterizo. La sangre común no mancha banderas. El fronterizo es visto como mezcla y no lo es. Se lo ve como que no es de allá y que tampoco de acá. Que es según le convenga. Nada que ver. Si hay alguien auténticamente nacional es el hombre de frontera. Necesita serlo. Es su razón de ser. El fuego que alimenta su existencia es su sentimiento de Patria. Gritará con orgullo las bondades de lo suyo, y sufrirá en silencio las envidias que provocan las venturas de los otros. Hablará de hermandades y cultivará su ser fronterizo. Nunca traicionará los dictados de su bandera.


La inestabilidad fronteriza es conocida. Uno se cuestiona por qué razón no se soluciona. Por qué los gobernantes se olvidan de sus promesas. Por qué nunca hubo uno que cumpliera. Cuando fallan todos es por algo. Otra razón habrá. Todos malos no fueron ni son. La razón es la propia existencia del Estado. Donde hay Estado hay decisiones que se ejercen sobre un territorio. Leyes, decretos y acciones gubernativas que van hasta el límite mismo de la Nación. Obvio resulta que las consecuencias de esas acciones se dejen ver en las fronteras. Las fronteras son el contraste con la otra política, con la otra acción. Allí aparecen las diferencias. Allí afectan por vez primera. Si afectan al País todo, el País responderá. Si afectan a la frontera solamente, el País no reaccionará. Es así. Lo otro cierto es que lo que sirve para la frontera, no siempre es lo que sirve al interés o el deber de una Nación. Entre el interés general y el fronterizo siempre valdrá el general. También es así. No se adaptan países a fronteras. Tampoco se debería condenar eternamente a las fronteras.

Los países deben tener sus políticas y sus flexibilidades. Deben tener políticas de frontera. Las políticas de frontera deben ser políticas de frontera. De valor y ejercicio en frontera. Con límite territorial. De definición inteligente y permanente. Que tomen vigencia como clausulas gatillo, sin que medie decisión circunstancial del Estado. Si es con decisión del Estado no sirven. Nunca llegarán de modo oportuno. Siempre existirá el miedo de que sean vistas como revanchas. Serán acciones que ameritarán reacciones. Los países temen a tomar este tipo de decisiones. No las toman. O las toman tarde. Por eso deben ser leyes generales. De vigencia permanente. La uso o no la uso en función del interés del momento. Pero está ahí. Si espero, desespero y pierdo. Como la libertad de exportar ganado en pie. No se usa casi nunca. Obliga siempre. No me pagás lo que vale, no te vendo. Nada de Entes Testigos o cláusulas de vigencia temporal. Permanencia y constancia en las normas y en las condiciones, para generar estabilidad en las situaciones.


En la base del problema están los precios. Si no hay diferencia de precios no hay contrabando. Si las diferencias son grandes no paro el contrabando de modo alguno. Ni con un milico al lado del otro. No se para. Para amortiguar el problema hay que amortiguar la diferencia. Debe existir un mecanismo que me permita abastecerme de un modo legal y a precio justo. No está bien que deba quedarme sin trabajo a causa del contrabando, y encima pagar el doble por la misma cosa. Lo primero es que no podemos dejar a cada rato a nuestra gente sin trabajo. Fortalecemos relativamente nuestra moneda. Nos encarecemos. Todo empieza a venir del otro lado. Desaparece el empleo. Encima pagamos el doble por las cosas sin razón que lo justifique.
Alguien debería explicar por qué razón un producto de origen Mercosur que ingresa al País con arancel 0 (cero), comprado en la matriz a precio mayorista, sin impuestos directos y con devolución de indirectos, llega más caro al mismo lugar que uno comprado a un minorista en frontera. Solo se puede explicar por diferencias de fletes, costos financieros de los adelantos impositivos, tributación no arancelaria, márgenes excesivos ó regulaciones excesivas. El flete sigue siendo más caro en Uruguay. Igual no explica tanta diferencia.

El dinero ha bajado su costo. Los adelantos tributarios de IVA e IRAE se recuperan. Los costos de introducción son de verdad bajos. IMADUNI, tasa Consular, otras pequeñas tasas que se suman al pago del despachante no llegan al margen de un intermediario en el comercio interno de los países vecinos, y mucho menos si agregamos tributos sobre la circulación o el valor agregado. El margen de ganancia, no creemos que pueda ser alto por la competencia existente en los diferentes rubros. Hay que revisar si existen exigencias excesivas para la importación. Habrá que pensar si hay que analizar cada producto o hacer acuerdos para validar las aprobaciones de los laboratorios de países serios. Habrá que pensar si todas las condiciones que exigimos en locales, almacenamientos, técnicos autorizantes y demás, son necesarias. Tal vez las conclusiones de esos análisis toquen algún interés. Pensemos las consecuencias que tiene no hacerlo. No hacerlo se llama inestabilidad económica y social. Se llama desempleo. Se llama pérdida de competitividad.

La frontera desnuda nuestros excesos. Deja entrever las avivadas y los errores. La comparación es siempre odiosa, pero ayuda. No hay razón que pueda explicar tanta diferencia. Si las hay, no las escondamos. Verlas es el principio de hacerlas desaparecer. En todo caso no condenemos al que no tiene culpa. Habilitemos caminos hacia esa economía de libertades que tanto propiciamos. No vale hablar de libertades y ampararse en proteccionismos. No vale pedir desregulaciones solo para los otros. La intemperie es sana si es para todos. No vale intemperie para unos y protección para otros. La desregulación mejora el estado general de la economía. Las instituciones que creamos para agregar valor deben agregar valor. No ser agentes de la tranca. Están para ayudar no para ayudarse. No deben ser costos sumados sin razón fundada que lo justifique. Acabar con los excesos es la manera de defender a todos.


Además de libertades comerciales, deberíamos plantearnos otros desafíos. Por qué no pensar en Zonas Económicas Comunes entre ciudades gemelas. Espacios territoriales, en los que a la interna rija la libertad comercial, la posibilidad de industrializar con mano de obra, materias primas, materiales, energía, de cualquiera de los países. Obvio que lo que salga extrazona debería tener porcentajes máximos permitidos de componentes extranjeros, o pagar un arancel único parejo que cubra toda ventaja excesiva. Hay que pensar soluciones de este tipo. Deben desaparecer las diferencias para que la frontera se fortalezca. Para pasar de la inestabilidad a la prosperidad. Del límite a la oportunidad.

En lo social también hay que contribuir a borrar fronteras. Si educamos en común a los fronterizos, estaremos creando ciudadanos para el mundo. Mentes abiertas. Capaces de hermanarse. Con visión amplia. También desarrollaremos confianzas. Gente que se aprecie. Que no esté dispuesta a amparar al que falló del otro lado, porque ya no hay otro lado. Que respete las cosas del otro porque le son propias. El servicio de salud debe ser bueno e igual. Es una diferencia que no debe existir. Lo mismo para los servicios de agua, saneamiento, electricidad, comunicaciones. Seguridad compartida. Debe ser la misma vivencia. El concepto de frontera debe decodificarse y reconstruirse. De la frontera militar a la de países hermanos. De la frontera barrera a la libertad que se respira. De línea que divide a espacio que une. No es uno frenando al otro. Son los dos marchando juntos. Borrar las fronteras es fortalecer países.

Fuente : montevideo portal 

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